Efren Cañas

80 años

Recuerdo haber tenido siempre unos dientes fuertes... jaja y tan fuertes me daba el lujo de cascar nueces con ellos y hacer todo tipo de barbaridades. Mi familia me reñía por hacer estas cosas pero me daba un poco igual.

A los 55/60 años fue cuando se iniciaron las primeras perdidas dentales, algunas en trozos y otras de repente y sin dolor se caían solas.

He sido transportista toda la vida y supongo que el estrés hizo que me fuera "comiendo" mis propios dientes; un día mis hijas y mi esposa me dijeron que me hiciera ver la boca, que apenas se me veían los dientes y que "teniendo" parecía no tener, pero como no me dolía nada, no le daba importancia.

Estela, una de mis hijas conocía muy bien la Clínica Dental Bujanda, había trabajado con ellos y fue ella quien me llevó a una primera visita. En ella el Dr. Bujanda vio mi caso y en pocos días ya estábamos manos a la obra... 

El proceso fue minucioso, lo dividieron en varias fases y ahora cuando veo las fotos del como estaba entiendo porque nos llevó horas de sillón para llegar al resultado final.

Estoy muy agradecido con todo el equipo, desde las recepcionistas hasta los doctores y laboratorio, a todos los que aportaron su granito de arena para que todo acabara bien, pero sobre todo a Estela, mi hija!

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