Cuando hablamos del “síndrome del diente fisurado” nos referimos a una entidad en la que existe una fractura incompleta de un diente cuya pulpa, en primera instancia, conserva la vitalidad debido a que la fractura va a estar limitada al esmalte y/o afectando la dentina.
Por lo tanto, el tratamiento de estos casos no será la endodoncia o quitar el nervio, sino que irá encaminado a la eliminación de los contactos oclusales nocivos, la reparación con técnicas adhesivas o al recubrimiento de las cúspides mediante una corona (funda) o incrustación de recubrimiento total del diente.
Esta fisura en cambio, puede progresar y afectar a los tejidos pulpares dentales produciendo cuadros de pulpitis y necrosis con el consiguiente empeoramiento en el pronóstico del diente y la necesidad de realizar el tratamiento de conductos (endodoncia) o la exodoncia (extracción) del diente afectado.
El diente aparece en boca integro y sin caries. Durante el tiempo que esté en boca va a ejercer la acción de masticar y nuestra obligación es cuidarlos. Los dientes son la parte de nuestro cuerpo más dura en cuanto a su tejido, incluso más dura que los huesos. Que sea más dura no quiere decir que no sea frágil. Nuestros dientes se vuelven frágiles si comienzan a tener caries, si tienen empastes más o menos profundos, apretamos los dientes o masticamos cosas duras.
Si se combinan varios de estos hechos suele ocurrir la fractura o fisura de dientes.
Causas:
Las radiografías no son de gran ayuda, ya que la dirección de la fractura suele ser paralela a la radiografía, por lo que no se suele ver, salvo que sea ya notable.
La fractura es más llamativa porque el paciente lo aprecia fácilmente ya que hay desplazamiento de una parte del diente y con la lengua o visualmente lo podemos apreciar.
El problema mayor lo tenemos con las fisuras, ya que no es tan fácil visualizarlas al ser muy pequeñas, no hay desplazamiento dentario, y tampoco inicialmente hay dolor.
La decisión que debe tener el dentista sobre el tratamiento del diente fisurado es muy compleja, ya que hay veces que se deja la fisura y no pasa nada, y hay otras que con el tiempo se fractura y bien tenemos que quitar el nervio o en el peor de los casos extraer el diente.
Las fisuras suelen tener un trayecto incierto. Gracias a las lupas que llevamos algunos doctores es relativamente más sencillo ver esas lesiones, pero aun con esta ayuda existen fisuras muy mimetizadas (ya que son blancas y finas) que no podemos apreciar, y a simple vista menos.
Cuando vemos la fisura debemos tomar una decisión:
Una vez quitado el nervio habrá que hacer una corona o funda, porque si ya estructuralmente el diente endodonciado es frágil, el diente endodonciado y fisurado es “fractura segura” sin corona.
Si el periodonto sigue doliendo entonces hay que extraer la pieza, por lo que no habrá merecido la pena todo el esfuerzo ni el dinero y tiempo invertido. Lo único que podemos hacer para valorar si el peridonto está afectado es dejar una corona de acrílico-plástico durante unos meses para ver cómo evoluciona el diente, y si vemos con el tiempo que no molesta entonces podremos hacer la reconstrucción con incrustación de composite o corona de porcelana con más seguridad.
Utilizamos cookies propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarte publicidad personalizada a través del análisis de tu navegación, conforme a nuestra política de cookies. Si continúas navegando, aceptas su uso.